domingo, 12 de abril de 2015

#001 Un Pedacito de cielo

* En esta primera historia, la música de Roger Subirana Mata nos conduce por el mundo del amor en edad tardía. La literatura universal está plagada de referencias del viejo enamorado de la juventud, la frontera prohibida establecida entre generaciones, que no debe ser traspasada, y las consecuencias que a ello lleva.
Cervantes, Lorca, Castelao,... Mariana, Belisa, Lela...; hasta la sabiduría popular sentencia con sus refranes: "El amor es fruta para el mancebo, y para el anciano veneno"..."Viejo con moza, mal retoza"...

Si la Belisa de Federico G. Lorca cantaba
Amor, amor
Entre mis muslos cerrados

nada como un pez el sol.

Agua tibia entre los juncos,

amor.

¡Gallo, que se va la noche!

¡Que no se vaya, no!


D. Perlimplín, en su impotencia, sufría
Amor, amor
que estoy herido.
Herido de amor huido,
herido,
muerto de amor.
Decid a todos que ha sido
el ruiseñor.
Bisturí de cuatro filos,
garganta rota y olvido.
Cógeme la mano, amor,
que vengo muy mal herido,
herido de amor huido,
¡herido!
¡Muerto de amor!

Con este recorrido sonoro sólo quiero dejar una puerta abierta a la esperanzada ilusión del paso del tiempo. No es necesario ser correspondido para vivir una nueva y pasional historia de amor, y tener siempre recogido en un rincón del corazón...:

Un pedacito de Cielo
(Introducción: MORT D'UNA ROSA)
Decía Castelao que "los viejos no deben enamorarse". Horacio escribía "que el amor huya de la vejez". Y Cicerón insiste que "para la vejez es más agradable la carencia de amor que el disfrute de los placeres".
En pleno siglo XVI, Fray Antonio de Guevara sentencia "a los viejos que se dicen morir de amores los llamo pobladores de sepulturas".
¿Pero acaso el corazón sólo ofrece caminos pasionales a la juventud? ¿Por qué negar el amor o la necesidad de amor por el inevitable hecho de ser viejo, ese ineludible camino del paso del tiempo? La vejez no debería desviarse nunca de las pasiones, de esa travesía hacia el deseo:
CAMÍ DE PASSIONS



Un camino de pasiones no prohibidas; sí inalcanzables por insensatas, imprudentes. Pero sólo por el temor a vivir entre dos mundos; el uno es la ensoñación, un suspiro, la necesidad de vivir un abrazo eterno, un mar de nubes meciendo el corazón hacia el deseo. El otro ... el silencio. 
BETWEEN WORLDS




El silencio... un silencio que entre miradas cruzadas describe el más hermoso de los lenguajes, un silencio que acaricia el pensamiento suavemente; la pausa dramática sobre el escenario de la memoria, el silencio de la distancia, que no del recuerdo, afectado de fantasía hasta el éxtasis y el delirio. 
Pero la vejez tropieza con un silencio voluntario, intencionado, un silencio de juventud, indiferente, gélido, inmaduro, tedioso, para la más implacable exclusión, el más cruel de los desprecios; no queda más que mudar el sosiego hacia las lágrimas. 
SILENT TEARS

  

Un caduco estado vital que desea conocer ¡ansias de conocer!, ese cuerpo joven, esa mirada vital; con la fuerza de un sentimiento caprichoso, aún viendo cómo ese corazón joven se aleja, pese a que nunca estuvo cerca; porque él nunca lo buscó, pobre viejo, porque era lo que verdaderamente necesitaba. 
Ahora se siente el bufón triste; no, no quiere ser ese payaso que aterroriza con esas lágrimas por encima de la sonrisa. 
TEARS OF A SMILE




Entre abrazos jóvenes hubo algún instante, algún momento en el que algún viajero de la fantasía, sintió un corazón palpitar, por mantener en vida, que no por compartir emociones. 
Pero la edad adelantada se conforma con esa sensación de paraíso con que el tiempo busca protección, amparo, lo que la voz inexperta llama amor. 
JUST LOVE


Tú, sí, tú, siempre aludida, siempre tú, la inspiración, el deseo, el anhelo, el capricho, el empeño, el antojo. ¡Qué suerte hablarte! ¡Qué suerte escucharte! ¡Que suerte ver tu sonrisa...! pero qué lástima que sea tan distante, tan tarde. 
Castelao, Horacio, Cicerón, pueden gritar bien fuerte sus sentencias al aire, que siempre habrá un viejo, a pesar de todo, que se sienta enamorado. 
Siempre quedará en su recuerdo un pedacito de cielo que le haya seducido. 
A PIECE OF HEAVEN





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